viernes, 15 de febrero de 2008

LAS CLAVES PARA EL EXITO DE LA EDUCACION VIRTUAL

El docente virtual bebe saber manejar a la perfección en un entorno virtual, si este profesional no tiene la preparación, el conocimiento de las claves más importantes del nuevo medio, esta perdido en el tiempo. Este cambio es bien sencillo y sin embargo muchas instituciones y muchos profesores lo obvian. Consiste en adoptar el rol adecuado a un entorno virtual, con las destrezas, competencias y acciones que eso lleva consigo.

Hace aproximadamente 10 años, con el nacimiento de los primeros sistemas de comunicación mediada por ordenador, algunos pedagogos (Harasim, 1990) Su hipótesis central era que los nuevos medios, especialmente las redes informáticas, podían enriquecer notablemente la interacción entre profesores y estudiantes y entre los propios estudiantes, flexibilizar y personalizar una modalidad educativa "industrial" como la educación a distancia y permitir la introducción de estrategias didácticas anteriormente imposibles debido a las limitaciones impuestas por los medios de comunicación disponibles.

Por lo que respecta a los profesores, en primer lugar significa que la clave no está en hacernos más tecnólogos.
La clave está en acompañar al estudiante, en alentar y facilitar su aprendizaje. Obviamente debemos saber cómo manejar la tecnología y debemos obtener el máximo partido de las herramientas y características del entorno virtual en el que desarrollemos nuestra acción docente, pero no se debe olvidar parte humana que se envuelve en la relación de profesor - estudiantes, todo los alumnos tienen ritmo y aprendizajes distinto “ el aprendizaje es individualizado” (Saba y Shearer, 1994, por ejemplo) han sugerido que a medida que aumenta el control del estudiante sobre su propia actividad y se incrementa el diálogo con el profesor, se reduce la distancia transaccional. La cuestión, pues, no es dónde estén situados el estudiante y profesor o cómo se comunican, sino la cantidad y calidad de su interacción.
El papel verdaderamente innovador de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en la educación a distancia es intentar reducir la distancia transaccional entre profesores y estudiantes y favorecer la interacción entre los propios estudiantes. La tecnología sólo es un medio para conseguir que los estudiantes aprendan de forma eficiente y además que la experiencia que vivan la sientan positiva y satisfactoria.

El rol del profesor virtual conlleva "dinamizar" el aula virtual, es decir, contribuir a que exista una comunidad de estudiantes responsables de su aprendizaje, no un conjunto de individuos aislados. ¿Cómo se dinamiza? Sencillamente mostrándose accesible y dispuesto, contestando dudas y preguntas, favoreciendo la colaboración entre los estudiantes, fomentando la participación y la expresión de dudas, reflexiones, opiniones e ideas.

Formar al profesorado en el rol del docente de entornos virtuales, de forma que sepa qué debe hacer, cómo y cuándo.

• Dar al profesorado la oportunidad de que pueda ser estudiante en alguna formación virtual, para experimentar "en carne propia" los avatares de estudiar en línea y además ver en acción a buenos docentes virtuales.
• Proporcionar apoyo pedagógico y metodológico al profesorado para desempeñarse adecuadamente.
• No pretender que se haga lo mismo en el aula virtual que lo que se hace en la presencial. Aquélla puede facilitar procesos y aprendizajes que en un aula presencial no se suelen dar, por ejemplo la colaboración, el debate extendido en el tiempo, la reflexión, la autonomía y la responsabilidad del estudiante.
• Otorgar a la formación virtual su importancia proporcional en el desarrollo del curso. Si no es así, los estudiantes, que no son tontos, no van a entrar en el juego: sin su participación la formación virtual sencillamente no existe.
• Favorecer o establecer redes de contacto entre los profesores, con el fin de que compartan sus experiencias, dificultades y soluciones.
• Formar a sus estudiantes en el rol del estudiante en línea. Es erróneo que los estudiantes se embarquen en aprender en un entorno virtual sin ser conscientes de lo que conlleva, de las habilidades y competencias necesarias, de las ventajas o dificultades inherentes, de lo que se espera del estudiante virtual.

Otro concepto clave de la educación a distancia es el de interacción. McIsaac y Gunawardena (1996) describen cuatro tipos de interacción:

estudiante-profesor: que proporciona motivación, retroalimentación, diálogo, orientación personalizada, etc.

estudiante-contenido: acceso a los contenidos intruccionales, a la materia de estudio.
estudiante-estudiante: intercambio de información, ideas, motivación, ayuda no jerarquizada, etc.

estudiante-interfase comunicativa: toda la comunicación entre los participantes del proceso formativo y el acceso de éstos a la información relevante se realiza a través de algún tipo de interfase (generalmente varios) sea material impreso, teléfono, redes informáticas o videoconferencia vía satélite. El uso de las distintas interfases viene determinado por diversas variables (costo de oportunidad, eficacia, disponibilidad, etc.).

En los cursos virtuales, los alumno buscan la flexibilidad y la libertad personal. Al mismo tiempo, necesitan la colaboración del grupo y la relación social. Como señala Paulsen (1992), hemos de pensar en combinar la libertad y la necesidad de compartir en un verdadero programa educativo que sea flexible y, al mismo tiempo, cooperativo. La flexibilidad del sistema se refiere básicamente a seis dimensiones: tiempo, espacio, ritmo, entorno, acceso y curriculum:

El rol del docente necesariamente cambia ante esta nueva realidad, ya el papel del profesor que enseña, es cambiado por el papel de un profesor que facilita el aprendizaje del alumno, y este reto que plantean estas nuevas metodologías de aprendizaje, exigen por parte del docente un conjunto de competencias y habilidades necesarias para afrontar el fuerte cambio de escenario en el que se desarrollan los nuevos procesos formativos apoyados en las tics.

"El aprendizaje cooperativo se define como un proceso de aprendizaje que enfatiza el grupo o los esfuerzos colaborativos entre profesores y estudiantes. Destaca la participación activa y la interacción tanto de estudiantes como profesores. El conocimiento es visto como un constructo social, y por tanto el proceso educativo es facilitado por la interacción social en un entorno que facilita la interacción, la evaluación y la cooperación entre iguales (Hiltz y Turoff, 1993).

Los profesores ante esta nueva realidad, deben ser capaces de acomodarse a constantes cambios, la gran mayoría de ellos con un gran impacto a nivel personal como laboral.

Miraremos entonces cual es esa nueva figura del docente virtual y cuales serán entonces las competencias básicas que debe cumplir, para responder al reto ante sus estudiantes virtuales.
Con relación a la utilización del componente tecnológico por parte de los docentes en los entornos virtuales de aprendizaje, es fundamental que el docente domine y entienda el funcionamiento de plataforma LMS (plataforma e-learning), sus componentes, herramientas de comunicación, herramientas de planeación, utilitarios para realizar el seguimiento, uso de estadísticas y motores para recopilar el conocimiento adquirido, la manera de retroalimentar a través del uso de los buzones, foros, chats, entre otros.

En este aspecto, el nuevo docente virtual debe acomodar y reestructurar un conjunto de viejas prácticas pedagógicas que hasta el momento venía empleando en el aula de clase tradicional.

rol del docente virtual se transforma en un sujeto de acompañamiento, facilitación, motivación, mediador de información y conocimientos, catalizador de aprendizajes y demás, en lugar de convertirse en una figura autoritaria y dueña del saber, como muchas veces se presenta en el salón de clase presencial.

De acuerdo con el perfil del estudiante que tenga en sus aulas, el docente debe orientar su labor pedagógica y usar nuevas estrategias que le permitan acompañar a cada estudiante, de manera personalizada, en el logro de sus objetivos de aprendizaje, aportando a sus alumnos, las experiencias y conocimientos que previamente tiene desde su desempeño profesional y su bagaje intelectual, buscando inducir al estudiante en una realidad o directamente en la aplicación de los conocimientos teóricos en el hacer cotidiano.

Otro de los aspectos que debe tener muy presente el docente para tener éxito en el desarrollo de su curso, es la adecuada y meticulosa planeación de actividades. Este proceso incluye la revisión de materiales, la verificación de sitios de navegación, el objetivo de cada uno de los materiales y la evaluación, los cuales deben estar orientados al logro de los objetivos. Debiendo ésta ser conocida por el estudiante con anticipación al inicio del programa, de forma tal que le permita planificar las actividades a desarrollar.
Además de las funciones señaladas, el docente debe establecer un vínculo de empatía con sus estudiantes; es decir, propiciar un ambiente de confianza a fin de que la relación docente-estudiante se vea complementada y sean superadas las barreras que la distancia presenta; este ambiente permite valorar y transmitir los conocimiento.

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